7 santos que revelaron la belleza física de la Virgen María

belleza física de la Virgen María

¿Cómo imaginas que fue físicamente la Virgen María? Los artistas han hecho un excelente trabajo representándola como una mujer joven y hermosa, por lo general de mirada apacible aún en los momentos más dolorosos de su vida ¿Pero en verdad María fue una mujer hermosa? ¡Pues claro que sí!

Estos santos describieron así la belleza física de la Santísima Virgen María.

1) Santa Bernadette Soubirous

Esta santa tuvo la dicha de contemplar la incomparable belleza de la Santísima Virgen. Al no poder describirla, por la limitación del lenguaje humano, dijo: “Es tan hermosa que cuando se le ha visto, aunque sea una vez, quisiera una morirse para volver a verla”.

2) San Antonio

“La Santísima Virgen tuvo una apariencia óptima y una complexión corporal perfectísima”. 

3) San Ambrosio

“Nada de sombrío ni de duro en su mirada; ni el más mínimo atisbo de orgullo en su gesto ni en su forma de caminar. Nada de inmoderado en sus palabras ni en el tono de su voz. En todos sus movimientos había algo tan sublime que al andar parecía no tanto apoyarse sobre la tierra, como ascender a cada paso un nuevo peldaño de la perfección”.

“Tan grande era su gracia que no sólo conservaba en ella la flor de su virginidad, sino que inspiraba también a todos los que se acercaban, el amor de la castidad. Como Ella visitó a San Juan Bautista, no es extraño que este dichoso Niño quedase puro de cuerpo, pues que la Madre del Señor le había embalsamado durante 3 meses con el aceite de su presencia y el perfume de su hermosura”.

4) Santo Tomás de Villanueva

“La pura Inmaculada Virgen hacía vírgenes a los que la miraban: era una virginidad fecunda en virginidades”.

5) San Buenaventura

“La Bienaventurada Virgen por su solo aspecto extinguía en los que la miraban toda impresión de concupiscencia”.

6) San Juan Damasceno

“¿Cómo describiré la belleza de vuestro rostro, vuestra dulce alegría y conversación amable que emana de un corazón todo bondad?”

7) San Francisco de Sales

“Ayer me di cuenta de la dicha de ser hijo, aunque indigno de nuestra gloriosa Madre, estrella del Mar, hermosa como la luna”.

¡Qué hermosa debe ser nuestra Madre del Cielo!