Se suele creer que la Cuaresma dura 40 días. Sin embargo, este período litúrgico de preparación para la celebración de la Pascua, está compuesto por muchos más días. En este artículo te contamos la verdadera duración de la Cuaresma, a qué se debe y de dónde nace la idea de los “40 días”.
¿Qué significa Cuaresma?
La etimología de la palabra “Cuaresma” proviene del latín “Quadragesima/Quadragesimae”, que significa cuadragésimo, denotando la posición en una serie numérica. Este término se asocia directamente con los 40 días que Jesús pasó en el desierto, un tiempo de retiro y prueba espiritual que precedió a su ministerio público.
Sin embargo, este número 40 también tiene profundas raíces en el Antiguo Testamento, donde se repite en varios eventos significativos. Desde los 40 días y noches del diluvio hasta los 40 años que los israelitas vagaron por el desierto en búsqueda de la Tierra Prometida, este número se convierte en un símbolo de preparación, purificación y renovación espiritual.
¿La Cuaresma dura 40 días?
Pero, ¿por qué la Cuaresma en realidad no dura exactamente 40 días en el calendario? Este año, por ejemplo, la Cuaresma comenzó el 14 de febrero y terminará el 28 de marzo, lo que suma 44 días. La discrepancia se debe en parte al hecho de que este es un año bisiesto, lo que añade un día extra a febrero.
¿De dónde nace la idea de los “40 días”?
Históricamente, la duración exacta de la Cuaresma ha variado. Antiguamente, la Cuaresma comenzaba el domingo siguiente al Miércoles de Ceniza y terminaba en la tarde del Jueves Santo, totalizando 40 días.
Con el tiempo, surgieron diferentes prácticas, como iniciar la Cuaresma en el Miércoles de Ceniza y concluir en el Sábado de Gloria, lo que resultaba en un período de 46 días. Sin embargo, se excluían los domingos y el Domingo de Ramos del período de ayuno, de manera que se mantenían los 40 días de observancia penitencial.
¿Por qué la Cuaresma se extiende hasta la tarde del Jueves Santo?
La respuesta se encuentra en el Calendarium Romanum Generale, promulgado por el Papa Pablo VI el 1 de enero de 1970. Este calendario litúrgico establece que la Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y concluye con la Misa de la Cena del Señor, excluyendo así la celebración de la tarde del Jueves Santo.
Así, aunque la duración precisa de la Cuaresma pueda variar en el calendario, su significado como tiempo de preparación, reflexión y penitencia sigue siendo fundamental para los católicos en todo el mundo.
Es un período para sumergirse en la oración, el ayuno y la caridad, recordando la pasión y resurrección de Jesucristo.