Conventos católicos acogieron a más de 3000 judíos durante la II Guerra Mundial

Los investigadores han hallado nueva evidencia que respalda los informes sobre la acogida de judíos en conventos y monasterios católicos de Roma durante la Segunda Guerra Mundial.

La documentación reciente identifica al menos 3,200 judíos cuyas identidades han sido confirmadas por la comunidad judía de la ciudad, según fuentes oficiales informaron el jueves.

En un taller académico llevado a cabo en el Museo de la Shoah, que es parte de la principal sinagoga de Roma, investigadores del Pontificio Instituto Bíblico, el Instituto israelí de investigación del Holocausto Yad Vashem y la comunidad judía de Roma presentaron los resultados.

Sin embargo, esta documentación no arroja luz adicional sobre el papel del Papa Pío XII durante la ocupación nazi de Roma ni sobre si dio órdenes para que las instituciones católicas acogieran a judíos. La cuestión del legado de Pío ha sido objeto de debate prolongado entre historiadores, con defensores argumentando que empleó diplomacia discreta para salvar vidas judías y críticos que afirman que permaneció en silencio mientras el Holocausto se extendía por Europa y cuando los judíos romanos fueron detenidos y deportados del patio trasero del Vaticano en 1943.

Según un comunicado conjunto del Pontificio Instituto Bíblico, Yad Vashem y la comunidad judía de Roma, esta nueva documentación proporciona los nombres y direcciones de los romanos refugiados en instituciones católicas durante la guerra, nombres que previamente se conocían de manera vaga y cifras proporcionadas por el historiador italiano Renzo de Felice en su libro de 1961.

La documentación fue hallada en los archivos del Instituto Bíblico, afiliado a la Pontificia Universidad Gregoriana y dirigido por los jesuitas. Enlista a más de 4,300 personas que encontraron refugio en propiedades de 100 órdenes religiosas católicas femeninas y 55 masculinas. De estos, 3,600 están identificados por nombre, y se ha confirmado que 3,200 de ellos eran judíos, según la declaración.

Para proteger la privacidad de las personas y sus descendientes, los nombres no se han divulgado. No está claro si algunos de los judíos mencionados en la lista fueron bautizados. Los archivos vaticanos del papado de Pío, recientemente abiertos, sugieren que se hizo un esfuerzo por salvar a los judíos que se habían convertido al catolicismo o eran descendientes de matrimonios mixtos católico-judíos.

Claudio Procaccia, responsable del departamento cultural de la comunidad judía de Roma, señaló que la documentación no aclara si los judíos mencionados fueron bautizados. Sin embargo, destacó que las listas aportan un importante «nuevo elemento para comprender quiénes fueron acogidos, dónde y cuáles eran sus orígenes».

Procaccia también enfatizó la necesidad de continuar investigando para verificar los nombres incluidos en las listas y sus historias, dada la posibilidad de que algunas personas afirmaran tener apellidos judíos para encontrar refugio en conventos católicos, incluso si no eran judíos en realidad.

La comunidad judía de Roma publicó en 2013 su propia investigación sobre el destino de los judíos durante la ocupación nazi de Roma, titulada «Después del 16 de octubre», en referencia a la fecha en que más de 1,000 judíos de Roma fueron detenidos y deportados a Auschwitz.

Iael Nidam Orvieto, director del Instituto Internacional para la Investigación del Holocausto de Yad Vashem y experto en los judíos de Italia durante el Holocausto, señaló que la nueva documentación aporta información adicional pero también plantea nuevas preguntas que requieren más investigación. Uno de los interrogantes es por qué un jesuita italiano compiló la lista en el Pontificio Instituto Bíblico inmediatamente después de la liberación de Roma.

Nidam Orvieto indicó que se descubrieron lugares, incluso claustros, que albergaron a familias enteras, mientras que otros solo dieron refugio a unas pocas personas. También enfatizó que es necesario considerar que el documento no incluye los nombres de aquellos a quienes se les negó la asistencia y cuál fue su destino durante el Holocausto. En resumen, los investigadores están en las primeras etapas de un proyecto en curso para comprender plenamente esta parte de la historia.


El reverendo Dominik Markl, profesor jesuita en el Pontificio Instituto Bíblico y la Universidad de Innsbruck, coordinador de la investigación, se mostró conmovido por el destino de las personas mencionadas en los documentos. Destacó la valentía de aquellos amenazados por el régimen nazi y de los religiosos anónimos que arriesgaron sus vidas para ayudarlos.

Markl resaltó la importancia de la colaboración entre eruditos católicos y judíos en un tema delicado que ha dividido a los académicos y tensado relaciones. Agradeció la colaboración con la comunidad judía de Roma y Yad Vashem, que promete arrojar luz sobre la historia de la Shoah en Roma y más allá.