Ronaldo Nazario, la figura icónica en el mundo del fútbol, ha dado un paso significativo en su vida espiritual a la edad de 46 años al bautizarse y abrazar el catolicismo en su país natal, Brasil.
Su decisión de convertirse al catolicismo se materializó en la iglesia de Fabio de Melo, ubicada en Sao Paulo, un momento que él mismo describió como “muy especial” y compartió con sus seguidores a través de una publicación en Instagram.
En su mensaje, Ronaldo expresó que con la recepción del sacramento del bautismo, se siente “verdaderamente regenerado como un hijo de Dios”.
Esta experiencia es un hito significativo en su vida espiritual, ya que a pesar de que la fe cristiana siempre ha sido una parte fundamental de su vida desde la infancia, no había sido bautizado anteriormente.
El exfutbolista, conocido cariñosamente como “O’ Fenómeno”, describió este acto como una oportunidad para renovar su compromiso de seguir el camino del bien, actuando con libre y espontánea voluntad, y creyendo en el amor de Jesús, que considera un amor de caridad profundo y transformador.
El bautismo de Ronaldo no fue un acto solitario, sino una experiencia compartida. Durante la ceremonia, estuvo acompañado de sus “queridos padrinos”, Amilcar y Malu, quienes desempeñaron un papel importante en su camino hacia la fe.
El bautismo en sí fue realizado por el padre Don Oswaldo, un momento en el que Ronaldo, una figura ampliamente conocida por sus éxitos deportivos, se sumergió en las aguas del sacramento para recibir la gracia espiritual que representa.
Esta decisión de abrazar el catolicismo representa un paso significativo en la vida de Ronaldo, quien no solo ha dejado una huella indeleble en el mundo del fútbol, sino que ahora también busca fortalecer su conexión con su fe cristiana.
Su testimonio es un recordatorio de que la espiritualidad y la búsqueda de la verdad espiritual pueden ser una parte vital de la vida de cualquier persona, independientemente de su fama o éxito en otros campos.
Con su bautismo, Ronaldo Nazario inicia una nueva etapa de su viaje espiritual, una que promete ser más consciente y profunda a medida que continúa su compromiso con la fe cristiana.